domingo, agosto 12, 2007

Ahora se ve que pagarle al FMI fue un negocio que le convenía al organismo

En Perfil de hoy, publiqué una nota en que por izquierda y por derecha, los economistas le pegan al Gobierno de Néstor Kirchner porque su ¿modelo? económico basado en el 3 a 1 no distribuye, más bien, concentra. Esto además de generar negocios que no favorecen a la Argentina, aunque sí al FMI y a Hugo Chávez.
Es que ahora se ve, con mayor claridad, que la cancelación de la deuda con el FMI, fue un buen negocio para el organismo de crédito, y no para el país:
  • Al principio de la semana que pasó, Chávez confirmó que comprará otros US$ 1.000 millones de bonos argentinos. Le pagaremos una tasa de 10,6%, cuando el FMI nos cobraba entre 6% y 7%.
  • Si bien es cierto que el FMI imponía condicionalidades que elevaban mucho el costo de ese dinero (como anacrónicos ajustes fiscales que provocan desempleo y pobreza) también la historia demostró que cada país tiene el FMI que se merece. Es decir, en lugar de cancelar la deuda, Kirchner podría haber cumplido con los pagos, sin aceptar condiciones y usar las reservas, para tomar medidas activas que mejoren la distribución del ingreso.
  • Pero lo más importante. Kirchner no revisó qué parte de la deuda cancelada con el FMI era legítima y cuál era ilegal: pagamos todo y de manera anticipada.
Por si fuera poco, y como publicamos en Fortuna la semana anterior, la cancelación anticipada, sumado a los subsidios discriminados a las empresas de energía y transporte, que lejos de mejorar los servicios, mantienen las tarifas baratas para los más pudientes, acotan el márgen de maniobra para, por ejemplo, hacer una reforma tributaria que haga que, en la Argentina, deje de ser barato ser rico, como ocurre en los países admirados por los más ricos; o afrontar seriamente la reforma previsional y pagar jubilaciones dignas.

Cuál es el negocio de Chávez

¿Para qué compra Hugo Chávez bonos argentinos? ¿Sólo para hacerle un favor a su par, Néstor Kichner? El economista de Fiel, Abel Viglione, cree que no. Detrás de las sucesivas operaciones de los papeles, hay un interesante negocio. El Gobierno de Venezuela no compra los bonos para atesorarlos, sino para venderlos al sector privado a través de un grupo de 28 entidades financieras. Un dato: a mediados del año pasado, de los US$ 2.229 millones de Boden 12 que le compró a la Argentina, ya había vendido US$1.468 millones.
Ocurre que en Venezuela hay control de cambios, lo que impide a las empresas que operan en ese país hacerse de los dólares libremente, además de generar una brecha entre el cambio oficial y el paralelo que suele rondar el 18%.
Viglione explica que una de las formas de vender los dólares paralelos al sector privado es mediante los bonos argentinos. La operación es así: si un empresario venezolano necesita dólares, compra los bonos argentinos en bolívares, los vende en el mercado y se hace de los dólares. El tipo de cambio resultante es entonces la diferencia entre el precio al que compró el papel argentino y lo vendió en el mercado. De esta manera, el gobierno venezolano arbitra la brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo.
De acuerdo a un informe del año pasado, la operatoria del Bonden 12 generó ganancias por US$ 119 millones. Y por ello, Viglione piensa que, de no existir el control de cambios en Venezuela, Chávez no compraría los bonos argentinos.

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